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Número uno de la segunda promoción de Aviación de 1928 a 1929, ascendió a capitán en febrero de 1936. El 18 de julio de este año se fugó en Breguet 19 de Getafe a Pamplona y actuó en los primeros días de guerra como enlace de Mola con Franco y Queipo de Llano. Vuela después, sucesivamente, en De Havilland Dragon, Fokker-XII, Nieuport-52, Fiat CR-32, PWS-10 y Heinkel He-­51, y en abril de 1937 vuelve a los Fiat CR-32.

Sucesor de Morato en el mando del Grupo 2G3 desde septiembre de 1937, y en el de la Escuadra de Caza el 4 de abril de 1939. En abril de 1938 fue habilitado para comandante. Siempre en primera línea, excepto dos meses que estuvo hospitalizado, sus promedios de más de veinte servicios de guerra y cuarenta horas de vuelo por mes activo, 30 en total, no fueron alcanzados por ningún otro piloto.

En la posguerra simultaneó el mando de la Escuadra de Caza, luego Regimiento 21, con el de la 4ª Sección del Estado Mayor del Aire y asistió como alumno y profesor al primer curso de la Escuela Superior del Aire. Expe­dicionario a Rusia, al frente de la 1ª Escuadrilla Azul, allí destruye siete aviones, que unidos a los 17 de España, uno de ellos en colabo­ración, elevan el total de su cuenta a 24.

Agregado aéreo en Berlín-Berna-Lisboa en los años 40 y luego en París en los 50, hizo el curso de reactores a los cincuenta años de edad y fue luego nombrado jefe de las Fuerzas Aéreas de la Defensa. Al frente luego de la Zona Aérea de Canarias y de la Escuela de Altos Estudios Militares, terminó su vida militar activa en 1972 como jefe del Mando de la Aviación Táctica y de la Región Aérea del Estrecho.

Consejero del Reino en representación de las Fuerzas Armadas, en noviembre de 1975 formó parte del Consejo de Regencia. Posteriormente asistió a una legislatura como senador de designación real.

Poseedor de la Medalla Militar, la Medalla Aérea y dos ascensos por méritos de guerra, fallece en Madrid el 19 de julio de 1994.