Apolinar Sáenz de Buruaga y Polanco había nacido en la cubana plaza de Camagüey el 9 de junio de 1890, donde su padre se hallaba a la sazón destinado. Familia con gran tradición militar, su padre, abuelo y bisabuelo alcanzaron el empleo de general. Ingresó en 1907 en la Academia de Infantería, en Toledo, siendo promovido tres años más tarde a 2° teniente. En 1913 realizó en la Escuela de Aerostación Militar de Guadalajara el curso de observador de globo, completándolo posteriormente en Cuatro Vientos con estudios y prácticas de croquizado, cartografía y fotografía aérea.
Encontrándose el año siguiente en Marruecos, en campaña con su regimiento de infantería, fue convocado al curso de pilotos de aeroplano que realizó en Cuatro Vientos y Alcalá de Henares, obteniendo en 1915 el título de piloto de aeroplano de guerra, regresando a África donde, dado el escaso material aéreo disponible, alternó su actividad entre unidades de vuelo y de infantería hasta que en 1917 quedó definitivamente destinado en Aviación.
Dos años más tarde, ya ascendido a capitán y al mando de la escuadrilla mixta de bombardeo, de bimotores Farman F-50 y monomotores Breguet XIV, desde el aeródromo de Sania Ramel tomó parte en las operaciones de la zona de Tetuán, bombardeando concentraciones enemigas en Uad Ras, Ben Karrik, el monte Cónico y otros puntos.
En 1921 se creó la escuadrilla de biplanos De Havilland DH-4, con base en Sania Ramel, y al mando de ella marchó el capitán Sáenz de Buruaga el 2 de agosto a MeliIIa para, desde el minúsculo campo de aterrizaje improvisado en la Hípica, actuar en apoyo de los restos de la columna Navarro, sitiada en Monte Arruit tras la retirada del campamento de Annual. Fue extraordinaria la actuación de la unidad en aquellos días, entregándose de tal modo a aquella «misión imposible», que hizo dar un cambio radical al Mando en su actitud ante los aviadores a quienes a partir de entonces, dio bastante autonomía en lo referente al empleo del Arma en campaña. En 1922, al mando de una escuadrilla de Havilland DH-9, se trasladó en vuelo desde Cuatro Vientos a Melilla, realizando desde Tauima bombardeos de las cabilas de Beni Ulixech, Tensamán y Beni Tuzín.
Un año después, en 1923 recibió el mando del 4° Grupo de Melilla, en el que volaría como un piloto más de sus escuadrillas. Se le abriría expediente para su ascenso por méritos de guerra, y le fue otorgada la Medalla Militar. El 24 de julio de 1923, en un solemne acto castrense celebrado en el aeródromo de Tauima, recibían la Medalla Militar los primeros cinco aviadores que habían ganado dicha recompensa. Uno de éstos, a quienes el general Martínez Anido, Comandante General de Melilla, prendía en su pecho la preciada condecoración, era el capitán Sáenz de Buruaga.
De regreso a la península en octubre de 1923, sirvió en varios destinos, entre ellos el mando de la Escuadra nº 3 (León) y la nº 1 (Getafe), ascendiendo a comandante por méritos de guerra en julio de 1925. Desde octubre de 1934 hasta noviembre de 1935, fue designado Jefe de la Aviación, ascendiendo a Tte. Coronel en enero de 1935. Finalmente, después de un breve tiempo al mando otra vez de la Escuadra Nº 1, fue cesado por el gobierno del Frente Popular nombrándole Jefe de Material
El 18 de julio de 1936 se adhirió al alzamiento en el aeródromo de León, desempeñando el mando de las Fuerzas Aéreas del Norte hasta septiembre, en que habilitado de coronel, fue nombrado Jefe del Estado Mayor del Aire. Al crearse en 1937 la I Brigada Aérea, se confió al coronel Sáenz de Buruaga la organización y mando de ella compuesta por seis grupos de bombardeo, dos de caza y uno de reconocimiento; durante aquel año y en 1938 tomó parte, como un piloto más, en cuantos servicios realizó su brigada en los distintos frentes y campañas.
Una vez terminada la guerra civil, y constituirse las Regiones Aéreas, fue designado para mandar la 4ª Región, Pirenaica, y en 1940, ascendido a general de brigada, fue nombrado Subsecretario del Ministerio del Aire, cargo en el que se le confirmó al ascender a general de división tres años más tarde y a teniente general en marzo de 1950
En junio de 1950 cesó como Subsecretario y fue nombrado Capitán General de la Región Aérea de Levante , y en febrero de 1953, Capitán General de la Región Aérea Central y Jefe de la Jurisdicción Central Aérea, desempeñando ambos cometidos hasta fin de junio de 1956, en que fue clasificado en el “Grupo B” por haber cumplido la edad reglamentaria.
Desempeñó posteriormente la presidencia del Consejo Superior del Patronato de Nuestra Señora de Loreto, y siguió como Consejero de Estado, puesto en el que había sido nombrado en 1945, hasta su fallecimiento en La Coruña el 26 de Agosto de 1963.
Yo Leonardo Hernández Rodríguez, conoci al Teniente General Don Apolinar Sáez de Buroaga y Polanco,en el campo de aviacion militar de Avila, siendo yo soldado primera Metereólogo, destinado en en ese campo como Metereólogo.
y en su visita.le puse una silla para que sentara, la cual se rompió, ( que susto pasé ) se levantó y me dijo no preocupe soldado yo peso y la silla era muy vieja.
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Toda mi vida recordaré esa anécdota-