Militar y Aviador español, jefe del Aeródromo de León desde comienzos de 1935. Su actuación fue clave para la conservación de tan importante enclave en manos de lo sublevados en julio de 1936.
Julián Rubio López nació en 1899 en Ciudad Rodrigo, en el seno de una familia encabezada también por un oficial del ejército; su padre Fabián Rubio Fernández era Comandante de Infantería. Julián Rubio Ingresó el 4 de septiembre de 1914 como alumno de infantería, cursando su carrera militar como cadete en la Academia de Toledo
Incorporado inicialmente al Regimiento de Infantería de Burgos, el mismo año lo hizo al Regimiento de Cazadores de Tarifa. En 1919 pasó por el Batallón de Cazadores de Madrid número 2, y las Tropas de Policía Indígena de Larache, ya como teniente. Algo más tarde pasó al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Tetuán número 2, destino en el cual ascendió en enero de 1922 a capitán por méritos de guerra. En 1923 estuvo algunos meses destinado en el Regimiento de Infantería Príncipe número 3 y en el Batallón de Fuerteventura número 22, antes de volver de nuevo al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas Tetuán número 1 en el cual en conjunto permaneció casi seis años.
Ingresó en Aviación Militar en 1924, recibiendo la orden de incorporación al curso como Alumno Piloto de Aeroplano el 19 de agosto de ese año en el Curso de Pilotos Civiles de la Escuela de Albacete. En 1927, una vez repuesto de las heridas graves sufridas en Acción de Guerra en Marruecos, pasó destinado a Getafe, a la Escuadra de Madrid con fecha 25 de enero, asignado a la segunda Escuadrilla del Grupo de Reconocimiento número 21 y en noviembre se incorporó al Grupo de Combate número 11 del mismo aeródromo.
El día 2 de febrero de 1935 se le nombraba Jefe del Grupo 21 y del Aeródromo de León. Ya en julio de 1936, en la noche del 17 al 18 llegaron las primeras noticias del alzamiento del Ejército de África. El 18 se está a la expectativa en León, pero el día 19 la ciudad es invadida por los mineros de Mieres y Langreo, que establecen su cuartel general en el Bar Central de la Plaza de Santo Domingo. El mismo día 19, el comandante Rubio recibía la visita del General José García Gómez-Caminero, que le impulsaba a entregar fusiles a los mineros, al tiempo que se congratulaba del mantenimiento de León en manos de la República. Rubio consiguió alejar cualquier sospecha y al mismo tiempo se mantuvo firme en la necesidad de su armamento para la defensa del Aeródromo.
Finalmente el comandante Rubio con su postura decidida consiguió dominar el incipiente motín, con el apoyo de una compañía del Regimiento de León. Los piquetes que se oponían se dispersaron hacia la vaguada norte del aeródromo y los principales opositores, pilotos sargento Galera, sargento Cantero y el mecánico Orive huyeron a Portugal en una avioneta.
En el mismo mes de julio de 1936 comenzaron las operaciones al mando de Rubio de apoyo a las fuerzas nacionalistas en el Frente Norte, con actuaciones continuas, tanto en el auxilio y suministro de las fuerzas propias en Oviedo y Gijón, como colaborando en el avance de las columnas que intentaban aproximarse a las dos ciudades sitiadas por los republicanos. Toda la campaña tiene lugar desde octubre de 1936 hasta noviembre de 1937, dividida en tres fases muy diferenciadas, que terminaron con la conquista definitiva de Asturias.
El teniente coronel Rubio realizó durante la guerra 145 Servicios de Guerra, lo cual y dada su elevada graduación y sus responsabilidades burocráticas, de organización y mando, ya en esos momentos, no deja de ser una respetable cantidad.
En 1941 realizó el Curso en la Escuela Superior del Aire y el de Vuelo Sin Visibilidad, siguiendo como Jefe de la Región Atlántica, ascendiendo a general de brigada el 25 de julio de 1942. Poco después realizó el Curso de Mandos Superiores, ascendiendo a general de división en 1946 siendo confirmado de nuevo en el mando de la región. En 1956 fue ascendido a teniente general y en 1959 fue nombrado como primer jefe del Mando Aéreo de la Defensa, poniendo en marcha los Acuerdos de Defensa con los EE.UU.y la puesta en servicio del moderno material reactor. El 27 de enero de 1962 fue designado como presidente accidental de la Compañía Iberia a petición del Marqués de Suances. Después de su pase a la situación “B” y a la reserva en 1968 se retiró en 1972 viviendo en Madrid, donde falleció en marzo de 1988.
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