José Muñoz, «el Corto» no era precisamente un gigante físico, como su apodo indica, pero al mando del Grupo 1G2 de Heinkel He 51, haría patente su elevada talla moral y un valor extrahumano. Previamente había volado como capitán, en Breguet XIX, en De Havilland Dragon, en Romeo-37 y en Heinkel He-70, demostrando en todos los destinos el gran poder de su voluntad.
En diez meses bajo su mando, con 12 aviones en plantilla el 1G2 sufrió nueve bajas definitivas, siete temporales y un gran número de derribos afortunados, a cambio de una extraordinaria y eficaz labor bélica. José Muñoz salió ileso de todas las misiones, a pesar de ir siempre en cabeza de la formación.
Habilitado para comandante en agosto de 1938 y agregado poco después a la tercera Escuadrilla de Caza de la Legión Cóndor, es nombrado a final de año jefe del Grupo mixto 5G5 con He 112 y Messerschmitt Bf-109, de nueva creación, a cuyo frente actúa en 1939.
Al crearse en la posguerra la Escuela Superior del Aire pasa a ella como alumno y profesor, cargo éste que conserva hasta su salida hacia Rusia en julio de 1941. Va como agregado a la primera Escuadrilla Azul, sin plaza en vuelo, pues estaba preconizado para mandar la segunda Escuadrilla, pero se empeña en efectuar servicios de guerra y llega a totalizar 30, que se sumaron a los 402 de España.
El 27 de noviembre de 1941 fue derribado en las cercanías de Istra en Rusia, por tiro de tierra cuando volaba a tan baja altura que el paracaídas sólo inició su apertura momentos antes de llegar al suelo, fue condecorado con la Medalla Militar y un ascenso por méritos de guerra.
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